¿Cómo se relaciona la ropa con el consumo de energía y el confort térmico?

¿Qué es confort térmico?

El confort térmico “es una condición de la mente que expresa satisfacción con el ambiente térmico y es establecida por una evaluación subjetiva” (ASHRAE 55-2013). El hecho de que sea subjetivo,  nos puede indicar que tratar de  establecer un rango de confort puede ser una tarea  complicada,  sin embargo, los estándares internacionales como el ASHRAE, han logrado desarrollar  metodologías muy precisas, sobre todo para espacios con refrigeración mecánica. A simple vista puede sonar muy favorable establecer un rango único para cualquier lugar, en cualquier época del año, sin embargo, las altas demandas energéticas que puede generar si no se presta atención previa a otras estrategias complementarias, son un punto desfavorable. 

En respuesta a esta forma mecanizada de confort, surgen aproximadamente a partir de los años 60 las primeras investigaciones para establecer el enfoque del confort térmico adaptativo. Después de muchos años de investigación por parte de la academia, finalmente los estándares internacionales han reconocido la posibilidad de que la temperatura de confort puede variar con respecto del clima. Es así que en la norma ASHRAE 55-2013 el modelo adaptativo se define como “aquel que relaciona la temperatura de diseño interior  o  rangos de temperatura aceptable, con el clima exterior”. Para su aplicabilidad se establecen los siguientes criterios: 

  1. Que no exista un sistema de enfriamiento mecánico
  2. Que los ocupantes estén en actividades sentados
  3. Que los ocupantes sean libres de adaptar su ropa a las condiciones térmicas exteriores y/o interiores
  4. Que el rango de temperatura exterior sea mayor de 10°C y menor de 33.5°C

Si bien no se entrará en detalle sobre cómo cumplir con el estándar, podemos ver que para el caso de  El Salvador por ejemplo, existe un gran porcentaje  de las edificaciones que no utilizan ningún   sistema de refrigeración, se tiene períodos favorables en los que las  temperaturas son menores a 33.5°c  y es bastante  posible modificar la vestimenta, con lo que podemos concluir que es un enfoque realista de aplicar. 

Ahora, es necesario retroceder un poco más y recordar cuales son los mecanismos de respuesta del cuerpo para mantener el equilibrio térmico.

El cuerpo humano produce calor de forma continua debido a sus procesos metabólicos, la temperatura en el interior se mantiene a 37° mientras que en la superficie de la piel es  aproximadamente de 34°. El cuerpo intercambia constantemente esta energía con su entorno mediante diferentes procesos que se pueden resumir en la siguiente ecuación

Para que el cuerpo pueda estar en equilibrio térmico el resultado debe ser cero, de lo contrario sentimos calor o frío. 

En lo que respecta a la vestimenta y el confort hay dos procesos que nos interesan en este momento particular. El primero es el de convección, esta ocurre cuando el calor es removido por el aire, según Humphreys (2012) “si la temperatura del aire es menor que la de la piel o la superficie de la ropa habrá una pérdida de calor del cuerpo por convección”. El segundo proceso es el de evaporación, según Humphreys (2012) “cuando el agua se evapora extrae una cantidad de calor de los alrededores…Este efecto enfría el cuerpo y el aire cercano cuando sudamos. No es el sudor lo que enfría, sino la evaporación del sudor de la piel”. Y también nos señala que “el movimiento del aire tiende a aumentar las tasas de evaporación en la misma medida en que incrementa las pérdidas  de calor convectivo”. Es decir aumentará la eficiencia de ambos mecanismos. 

 ¿Qué hace la ropa para favorecer o evitar estos procesos? 

La ropa puede actuar como una capa de aislante y dependiendo del proceso que se esté llevando a cabo puede favorecer  o no los mecanismos de enfriamiento del cuerpo. 

En el caso de la convección, esta se llevaría a cabo a través de la superficie de la ropa y no de la piel. En el caso de la evaporación,  Humphreys (2012) menciona que  “la ropa puede  afectar la pérdida de calor por evaporación”   lo que puede agregar resistencia  a la  sudoración o por el contrario, puede absorber el exceso de humedad y servir como medio indirecto para  la evaporación, esto dependerá en mayor o menor medida de la permeabilidad de la ropa y del diseño. Además pueden existir otras situaciones que modifiquen el comportamiento descrito anteriormente. 

Otro elemento que se añade al análisis es el significado que el tipo de ropa tiene en las diferentes culturas,  la mayoría de las veces es una forma de expresión no verbal a la cual se le concede mucha importancia.  Por ejemplo, se asume que un ejecutivo debe vestir traje formal, no importa si está en la latitud 30 o en la 10°N. Como dice Humphreys (2012) “las cosas que se hacen por razones sociales tienen efectos físicos”, y es evidente que ambas personas tendrán una experiencia diferente

El confort térmico adaptativo, tiene la ventaja que se plantea a partir del clima del lugar, es decir si se vive en un clima cálido la tolerancia las temperatura altas tiende a ser mayor, y en los climas fríos las temperaturas bajas se toleran más,  lo cual permite extender un poco los rangos de temperatura que se consideran confortables.  Si este proceso se acompaña con una adaptación de la vestimenta, es posible reducir las exigencias energéticas de las edificaciones, ya que los usuarios estarían iniciando con su estrategia de adaptación inmediata, antes de pasar a otras alternativas. 

¿Pero que implica una adaptación de la vestimenta? Implica que si es un día caluroso, se utilice una capa  de ropa en lugar de dos, es decir, no utilizar una chaqueta de tela gruesa por ejemplo, porque esto evitará que el cuerpo desarrolle sus mecanismos de disipación de calor. El tipo de fibra también puede ser  un factor importante, las fibras  naturales como el algodón facilitan el intercambio de calor, mientras que otros sintéticos como el poliéster (ampliamente utilizado) pueden perjudicarlo, así que, verificar de qué está hecha la ropa podría ser una buena idea. 

¿Qué acciones podemos tomar? 

Si se está en una vivienda podría ser más fácil que los usuarios ajusten su ropa, ya que las convenciones sociales tienden a ignorarse. En cambio, para los espacios de oficina se suelen tener códigos muy estrictos, y para ayudar a implementar el concepto de confort térmico adaptativo, sería también necesario un cambio de paradigma, que permita una  apertura hacia las políticas de vestimenta de tal forma que los usuarios se sientan térmicamente confortables y socialmente aceptados (a nadie le gusta desencajar). Una vez las personas hayan modificado su vestimenta, no será necesario configurar el termostato a 24°C en verano, cuando en el exterior hace  30°C,  sino que podemos en cambio considerar temperaturas más elevadas, o mejor aún, liberarse de la necesidad de un sistema mecánico, siempre y cuando se provean el resto de condiciones para asegurar a los usuarios un ambiente confortable, que no imponga más cargas energéticas y emisiones de carbono en el medio ambiente. 

*Poliéster: Resina obtenida por polimerización del estireno y otros productos químicos, que se endurece a la temperatura ordinaria, es muy resistente a la humedad, a los productos químicos y a las fuerzas mecánicas, y se usa en la fabricación de fibras, recubrimientos de láminas, etc. 

Fergus Nicol, Michael Humphreys y Susan Roaf, Adaptive thermal comfort, principles and practice, Routledge, New York, 2012. 

Introduction to architectural science, the basis of sustainable design, Szokolay, EEUU,  2011.

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