¿La sostenibilidad tiene un lenguaje?

Recientemente me hice esta pregunta, surgió de una conversación casual, no creo que exista una única respuesta o mejor dicho una respuesta definitiva, por lo que en esta ocasión diría que depende desde cual ángulo se formula la pregunta.

Me gustaría comenzar por recurrir a  una definición para “desarrollo sostenible”,  que en 1986 el Informe Brundtland lo definió como “El desarrollo que  satisface  las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de   satisfacer sus propias necesidades”.   Una definición sencilla pero de múltiples implicaciones. En la actualidad  esto no tiene solo una relación  con la responsabilidad a nivel individual sino también, con la responsabilidad colectiva  y   con el impacto a gran escala que reproduce el calentamiento global y con ello el cambio climático, por el simple hecho de que todos estamos conectados aunque no siempre se pueda apreciar  a simple vista .  Es dentro de este contexto global y local que  uno podría preguntarse ¿y en arquitectura cómo se logra la sostenibilidad?

En los últimos,  años  cada vez con más insistencia se ha tratado de dar una respuesta a esa pregunta desde diferentes plataformas, en el caso de la arquitectura  se comienza a cuestionar  entre otros aspectos los impactos  de las edificaciones, el consumo de recursos, la calidad del espacio y la salud de los ocupantes. Es así como surgen diferentes aportes, uno que me parece bastante acertado es el de N. Lechner (2015),   donde menciona que  para lograr la sostenibilidad en arquitectura se  recomienda un enfoque de diseño piramidal  de 3 niveles,  donde el clima del lugar dictará las necesidades a cubrir. El nivel inferior   funciona como base de los niveles superiores, esto significa que, antes de echar mano de elementos mecánicos se debe haber analizado y propuesto soluciones dentro de los dos primeros niveles de acción (Gráfico 1).

Para el caso de un clima tropical  por ejemplo, se puede decir que cada nivel abarca:: 

  1. Diseño básico del edificio: evitar el calor  y favorecer la luz natural
  2. Técnicas pasivas y energía natural: enfriamiento pasivo e iluminación natural
  3. Equipos eléctricos y mecánicos: equipos para enfriamiento  y sistemas eléctricos. 

Esos primeros dos niveles hacen uso  del  concepto de la arquitectura bioclimática,  y según  la RAE  “Bioclimático: es un edificio o su disposición en el espacio que trata de aprovechar las condiciones medioambientales en beneficio de los usuarios”. La arquitectura bioclimática hoy puede ser muy detallada gracias al estudio de la ciencia de los edificios y las herramientas técnicas que han surgido. Sin embargo es posible ver sus orígenes en la arquitectura vernácula,  donde muchos elementos surgen como una respuesta  directa al entorno y clima del lugar. 

En ese contexto  entonces, se podría decir que los elementos arquitectónicos si tienen un lenguaje particular. Por ejemplo, si es necesario proveer de sombra, los aleros extendidos o  las celosías de protección podrían ser elementos de un lenguaje común que son parte de una estrategia de sostenibilidad. Es importante mencionar que la investigación y desarrollo de tecnologías  ha permitido un nuevo enfoque en el uso de estrategias pasivas, estableciendo criterios más claros de su funcionamiento, poniendo a disposición nuevos materiales  y por ende facilitando su adaptación al cambiante estilo de vida de nuestras sociedades. 

Otra forma de enfocar la sostenibilidad, son los sistemas de certificación para edificaciones sostenibles. Estos son una forma más organizada, regulada y ampliada  (dependiendo del tipo)  de definir que  hace a un proyecto  sostenible y,  aunque no existe un consenso mundial sobre qué sistema utilizar, hay  algunos  con gran aceptación  internacional como LEED (Leadership in Energy and Environmental Design),   EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies).

Estas certificaciones  son una  herramienta dentro de la cual desarrollar  los objetivos del diseño sostenible que puede tener una edificación o proyecto, es decir, no van a dictar cómo debe verse un edificio, sino que proporcionan  los lineamientos  para alcanzar los objetivos y depende de cada equipo de diseño la manera en que se dará respuesta.  En este sentido se puede decir que la sostenibilidad tendrá un lenguaje específico, porque aún en el mismo clima las respuestas pueden ser diferentes.  Esto también se relaciona con el presupuesto destinado para el desarrollo del proyecto, los más conservadores  probablemente optarán por  soluciones  más tradicionales  pero efectivas,   mientras que los presupuestos elevados no escatimaran en invertir en la última tecnología disponible para alcanzar una solución más refinada o estilizada. 

Finalmente es importante mencionar que el concepto de sostenibilidad es muy amplio, en el gráfico 2 se puede ver por ejemplo que,  la arquitectura pasiva se incluye dentro de aspectos que tienen que ver con la eficiencia energética, sin que la definan por completo. Mientras que la eficiencia energética está incluida dentro de la sostenibilidad pero  tampoco lo es  todo. Aquí es cuando hablamos de otros aspectos como  la arquitectura regenerativa,   los materiales y su ciclo de vida y  cómo estos se relacionan  con la salud de las personas.  También podemos incluir aquellas estrategias que no necesariamente están en la superficie  pero que forman parte de la  sostenibilidad, como  el manejo del agua, sistemas de captación y  reutilización de aguas residuales entre otros. 

Entonces, podría afirmar que hay tantos lenguajes como respuestas posibles, dependerá del alcance de la intervención, del nivel de compromiso y presupuesto del propietario, de las técnicas usadas, de los sistemas de certificación a aplicar, entre otros.  Sobre todo , se debe evitar pensar que la sostenibilidad es una moda, ciertamente se ve un auge a nivel mundial en el uso del término y  se debe reconocer que  dicho comportamiento está relacionado con la amenaza latente del cambio climático. Como nos dice B. Edwards (2008) la arquitectura sostenible “es algo más, es una reordenación de  los principios básicos del proyecto y de la tecnología, y por tanto reconfigura todos los elementos esenciales de la arquitectura”. Esta reconfiguración va marcando la pauta para avanzar en la dirección correcta, en beneficio nuestro y del planeta. 

Fuentes

Edwards, B. (2009).  Guía básica de la sostenibilidad. Barcelona. Editorial Gustavo Gili S. L. Lechner, N. (2015). Heating, cooling, lighting : sustainable design methods for architects. New Jersey. John Wiley & Sons, Inc.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio